Panorama actual de la enfermedad de Chagas en la región de la Huasteca Hidalguense, México
Vladimir Paredes-Cervantes1*, José A. Crescencio-Trujillo2*, Minerva Arce-Fonseca3, Olivia Rodríguez-Morales3, Karina Peñaflor-Juárez4, Karen L. León-Félix5, Erick A. Contreras-López6,7, Saúl González-Guzmán2**.
1Laboratorio Central, Biología Molecular, Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional “La Raza”, Instituto Mexicano del Seguro Social, CDMX, México. 2Hospital Regional de Alta Especialidad de Zumpango, Estado de México, México. 3Departamento de Biología Molecular, Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, CDMX, México. 4Banco Central de Sangre, Centro Médico Nacional “La Raza”, IMSS, CDMX, México. 5Investigador Independiente. Huejutla, Hidalgo, México. 6Hospital General de Zona # 41, IMSS, CDMX, México. 7Hospital General Tacuba, ISSSTE, CDMX, México. *Estos autores contribuyeron igualmente.
Historial del artículo
Recibido: 10 feb 2025
Aceptado: 16 may 2025
Disponible en línea: 1 sep 2025
Palabras clave
Seroprevalencia, asociación, Trypanosoma cruzi, Hidalgo, México
Keywords
Seroprevalence, association, Trypanosoma cruzi, Hidalgo, Mexico
Copyright © 2025 por autores y Revista Biomédica.
Este trabajo está licenciado bajo las atribuciones de la Creative Commons (CC BY).
http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
**Autor para correspondencia: Saúl González-Guzmán, Hospital Regional de Alta Especialidad de Zumpango, Carretera Zumpango-Jilotzingo # 400, Barrio de Santiago 2da Sección, C. P. 55615, Zumpango Estado de México.
ORCID:https://orcid.org/0000-0003-0696-388X
E-mail: saulgogu01@hotmail.com,
JEFAT-INVESTIGACION@hraez.gob.mx
https://revistabiomedica.mx.
ABSTRACT
Current overview of Chagas Disease in the Huasteca Hidalguense region, Mexico
Introduction. In Mexico, the actual epidemiological situation of Chagas disease remains unknown. Estimates from 2001 to 2019 indicate an increase from 1.5 million to more than 4.0 million people affected by Chagas disease. The last national study that determined the seroprevalence of Trypanosoma cruzi was conducted in 1992 and identified the Huasteca Hidalguense region as an endemic focus of the disease.
Objective. To examine the current situation of Chagas disease in the resident population of the Huasteca Hidalguense.
Materials and methods. Eight hundred and fifty sera samples from a random and voluntary population in the Huasteca Hidalguense were analyzed to determine the presence of anti-Trypanosoma cruzi antibodies (Architect Chagas Reagent kit and ELISA-Biokit kit). An epidemiological questionnaire was applied to each participant. The statistical program Stata® 14 was used to determine prevalence and measures of central tendency.
Results. 84.7% of the population analyzed had no knowledge of Chagas disease. A seroprevalence of 0.95% (95% CI: 0.47-1.88) was determined for Trypanosoma cruzi, and the following associations were identified: having lived in a house with the presence of triatomines, having been bitten by a triatomine, and not knowing about the existence of Chagas disease.
Conclusions. The seroprevalence of Trypanosoma cruzi in the Huasteca Hidalguense shows a decrease compared to that reported in 1992. However, it is necessary to inform the population about the existence of the disease in the region and the consequences of having Chagas disease.
RESUMEN
Introducción. En México, la situación epidemiológica poblacional de la enfermedad de Chagas es desconocida. Estimaciones entre 2001 y 2019 indican un aumento de 1.5 millones a más de 4.0 millones de personas que padecen esta enfermedad. El último estudio a nivel nacional que determinó la seroprevalencia a Trypanosoma cruzi se realizó en 1992, donde se identificó a la región de la Huasteca Hidalguense como un foco endémico de la enfermedad.
Objetivo. Examinar la situación actual de la enfermedad de Chagas en la población residente de la Huasteca Hidalguense.
Material y métodos. Se analizaron ochocientas cincuenta muestras de suero, de población aleatoria y voluntaria de la Huasteca Hidalguense para determinar la presencia de anticuerpos anti-Trypanosoma cruzi (kit Architect Chagas Reagent y kit ELISA-Biokit). A cada uno de los participantes se le aplicó un cuestionario epidemiológico. Se utilizó el programa estadístico Stata® 14 para determinar la prevalencia y las medidas de tendencia central.
Resultados. El 84.7% de población analizada desconoce la enfermedad de Chagas. Se determinó una seroprevalencia de 0.95% (IC95%: 0.47-1.88) a Trypanosoma cruzi y se identificaron como asociaciones, haber habitado una casa con presencia de triatominos, haber sido picado por un triatomino y desconocer la existencia de la enfermedad de Chagas.
Conclusiones. La seroprevalencia a Trypanosoma cruzi en la Huasteca Hidalguense muestra una disminución, comparada con lo reportado en 1992. Sin embargo, es necesario informar a la población sobre la existencia de la enfermedad en la región y las consecuencias de padecer la enfermedad de Chagas.
INTRODUCCIÓN
La enfermedad de Chagas (EC) es causada por el protozoario parásito Trypanosoma (T.) cruzi (1). En América Latina se estima que entre 6 y 8 millones de personas la padecen y que 70 millones están en riesgo de infectarse (2). La EC en humanos, inicia con una fase aguda que, de no tratarse, evoluciona a un estadio crónico, en el que 30-40% de los casos presenta manifestaciones clínicas y el 60-70% restante cursa la enfermedad de manera asintomática (3, 4). En la fase aguda los síntomas son leves e inespecíficos (fiebre, malestar, diarrea, hepatoesplenomegalia y linfocitosis atípica) o pueden no presentarse (5, 6). Del uno al 5% de las personas infectadas desarrollan una forma severa de la enfermedad aguda, en ellos se observa miocarditis, pericarditis y/o meningoencefalitis (7) con riesgo de mortalidad entre 0.2 y 0.5% (6, 8). La mayoría de los pacientes que evolucionan a la fase crónica de la enfermedad son asintomáticos (70 a 80%) (5), el resto desarrolla enfermedades cardíacas (3, 5, 6, 9) o complicaciones gastrointestinales (10, 11).
En México, la prevalencia real de la EC es desconocida, en 2001 se estimó que 1.5 millones de individuos la padecían (12) y en 2015 se reportó una estimación menor de 1.1 millones de casos (13). Por su parte, el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea reportó una seroprevalencia nacional de 0.39% en donadores de sangre en el periodo de 2007 a 2017 (14); mientras que en 2022 González-Guzmán et al reportaron una seroprevalencia de 0.23 % en los donantes de sangre en el periodo de 2012 a 2018 (15). En 2019, Arnal et al estimaron a nivel nacional una seroprevalencia del 3.4% en donantes de sangre y población aleatoria, la cual corresponde a 4 millones de personas (16). Shelly et al previamente informaron de este contraste en las prevalencias reportadas oficiales (900 casos nuevos y 40 muertes por año) en el periodo comprendido entre 1995 y 2013 y las estimaciones de investigadores independientes (69,000 nuevos casos y 25,000 muertes anuales) entre 1982 y 2010 (17).
En 1992, Velasco-Castrejón et al reportaron una seroprevalencia a T. cruzi a nivel nacional de 0.2% e identificaron al estado de Hidalgo como un área con transmisión activa, y una seroprevalencia del 1.5% con focos endémicos en las regiones de Apan (sureste), Valle del Mezquital (centro) y la Huasteca (noreste), región a la que pertenecen los cuatro municipios muestreados en este estudio (18). En el 2003, el estado de Hidalgo se incluyó dentro del grupo de los ocho estados del país que concentraban el 69% de los casos seropositivos a nivel nacional (19). En el 2007, Becerril-Flores et al analizaron población aleatoria de las comunidades de El Ahorcado-Tecozautla, San Antonio Tezoquipan-Alfajayucan y Caltimacán-Tasquillo, en el oeste del estado de Hidalgo y determinaron seroprevalencias a T. cruzi entre 3.25 y 5.13% y alteraciones cardiacas e indicadores de infección activa en seis de ocho voluntarios seropositivos (20). En Hidalgo, la seroprevalencia a T. cruzi en bancos de sangre reportada fue de 3.24% en el periodo de 1978 a 2004 (21) y de 0.73% entre 2008 y 2009 (22). En 2017, la Dirección General de Epidemiología (DGE) ubicó al estado de Hidalgo en el tercer lugar con mayor incidencia nacional de la EC (2.1 por cada 100,000 habitantes) (14), mientras que, en 2019 Ibáñez-Cervantes et al reportaron una incidencia de entre 0.51 y uno por cada 100,000 habitantes en el periodo de 2006 al 2017 (23).
Debido a la falta de información epidemiológica reciente sobre EC en el noreste de Hidalgo, la existencia de condiciones propicias para el desarrollo del vector trasmisor de T. cruzi (13, 24), la identificación previa de donadores de sangre seropositivos con anticuerpos anti-T. cruzi originarios de esta zona (15, 25) y la atención a 20 pacientes con EC en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Zumpango, provenientes del noreste del estado de Hidalgo (comunicación personal González-Guzmán S. 2024), el objetivo de este trabajo fue analizar la situación actual de la EC en la población residente de la Huasteca Hidalguense, mediante el análisis del nivel de conocimiento de la enfermedad, la seroprevalencia de anticuerpos anti-T. cruzi y la identificación de asociaciones a la infección por T. cruzi.
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio
Este estudio se realizó en cuatro municipios de la zona noreste del estado de Hidalgo: 1) Atlapexco, 21°01N, 98°18W, altitud: 158 msnm, temperatura media anual: 24.8°C; 2) Huautla, 21°01 N, 98°17W, altitud: 520 msnm, temperatura media anual: 21.7°C; 3) Huejutla de Reyes, 21°08N, 98°25W, altitud: 140 msnm, temperatura media anual: 23.7°C y 4) San Felipe Orizatlán, 21°10 N, 98°36 W, altitud: 175 msnm, temperatura media anual: 23.0°C (26) (Figura).
Figura. Localización geográfica de los municipios de residencia de los voluntarios incluidos en el estudio para determinar la seroprevalencia a T. cruzi en el noreste (Huasteca) del estado de Hidalgo.
Población de estudio y recolección de muestras
Durante el periodo de enero a diciembre de 2019, 850 habitantes de los municipios anteriormente mencionados, participaron como voluntarios para el presente estudio (muestreo por conveniencia, debido a la escasa participación ciudadana y recursos económicos). A todos los participantes se les aplicó un cuestionario epidemiológico y se les extrajo una muestra sanguínea. Todos los participantes fueron ciudadanos mexicanos y firmaron el formato del consentimiento informado para ser incluidos en el estudio.
Las muestras de sangre fueron extraídas de venas periféricas, se usaron tubos vacutainer sin anticoagulante (BD, NJ, USA). Para obtener el suero, las muestras se centrifugaron a 3200 x g durante 15 minutos utilizando una centrífuga SL40 (Thermo Scientific, USA). Los sueros se congelaron a -80°C hasta su uso.
Análisis serológico
Prueba primaria
Para detectar la presencia de anticuerpos anti-T. cruzi se utilizó el sistema Abbott Architect Modelo I2000SR (CHLIA, Abbott, IL, USA) y el kit Architect Chagas Reagent, acoplado a un sistema de detección por quimioluminiscencia (CHLIA, Abbott, IL, USA). El kit Architect Chagas Reagent tiene una sensibilidad de 99.0 a 99.7% y una especificidad de 99.5 a 99.9%. Una muestra se consideró inmunorreactiva, si la absorbancia del suero superaba las 0.9 unidades, valor de corte determinado por el fabricante.
Prueba secundaria
A los voluntarios que resultaron inmunorreactivos a la prueba primaria se les extrajo una segunda muestra de sangre (como lo indica la Norma Oficial Mexicana NOM-253-SSA2-2012) (27). Los sueros se analizaron con ELISA-Biokit (Biokit, Barcelona, España). Esta prueba tiene una sensibilidad del 100% y una especificidad de 97.4 a 99.5%. La muestra se consideró inmunorreactiva si la absorbancia determinada superaba las 0.2 unidades, como lo establece el fabricante.
Análisis estadístico
La información obtenida se capturó en una base de datos y se utilizó el programa Stata 14 (Stata Corp, College Station, TX, USA). Para el análisis estadístico, se calcularon las frecuencias relativas para variables categóricas (sexo, edad y municipio de origen) y se calculó el IC 95% para proporciones simples.
Para el análisis de asociaciones se construyeron tablas de contingencia de 2 x 2 y se estableció la seropositividad a T. cruzi como variable independiente, se utilizó el valor de X2 para estimar la asociación de cada variable con la seropositividad, se estableció como Ho la no asociación para determinar la significancia estadística con un grado de libertad y se calculó el valor-p con un alfa de 0.05 para determinar si las asociaciones observadas eran estadísticamente significativas.
Consideraciones éticas.
Este trabajo fue aprobado y registrado en 2019 por el Comité de Ética en Investigación (CEI/HRAEZ/2019/08) del Hospital Regional de Alta Especialidad de Zumpango, Estado de México, México.
RESULTADOS
Las respuestas obtenidas al aplicar el cuestionario epidemiológico a cada uno de los voluntarios participantes, se presentan en la tabla 1, entre las que destacan: el 84.7% (p<0.0001) de la población desconoce la existencia de la EC, el 96.2% (p<0.0001) nunca se había realizado una prueba diagnóstica para la EC, el 66.7% (p<0.0001) de los diagnosticados positivos a la EC no recibió tratamiento, el 73.4% (p<0.0001) de los participantes ha visto al vector y el 24.6% (p<0.0001) ha sido picado por el triatomino.
El análisis serológico de 850 muestras para determinar la presencia de anticuerpos anti- T. cruzi arrojó una seroprevalencia total de 0.95% (IC95%: 0.47-1.88). El municipio de Huejutla de Reyes concentró el total de voluntarios seropositivos a T. cruzi (n=8, quienes fueron confirmados por una segunda prueba serológica); también fue el municipio donde hubo mayor participación ciudadana (n=666) y la seroprevalencia obtenida en este municipio fue de 1.2% (IC95%:0.6-2.4). El número total de participantes de cada municipio se muestra en la tabla 2.
El promedio de edad de la población fue de 37 años (±DE 21 años). El 75% de los voluntarios seropositivos fueron mayores de 50 años y no hubo diferencia entre mujeres y hombres; todos los casos fueron reactivos en ambas pruebas serológicas, CHLIA y ELISA (Tabla 3).
El análisis muestra una asociación estadísticamente significativa para las variables “Haber sido picado por un triatomino” (24.6%) y “Desconocimiento de la EC antes de su participación en este estudio” (84.7%). (Tabla 4).
Tabla 1. Respuestas al cuestionario epidemiológico aplicado a los voluntarios participantes.
|
Si (n) |
% |
No (n) |
% |
Total (n) |
Valor-p |
|
|
¿Tiene algún familiar participando en este estudio? |
528 |
62.1 |
322 |
37.9 |
850 |
0.000 |
|
Si usted es mujer, ¿Tiene hijos? |
350 |
65.9 |
181 |
34.1 |
531 |
0.000 |
|
Antes de participar en este estudio, ¿Sabía lo que es la EC? |
130 |
15.3 |
720 |
84.7 |
850 |
0.000 |
|
¿Ha visto alguna vez al vector? |
624 |
73.4 |
226 |
26.6 |
850 |
0.000 |
|
¿Ha sido picado alguna vez por un triatomino? |
209 |
24.6 |
641 |
75.4 |
850 |
0.000 |
|
¿Ha vivido en una casa con triatominos? |
373 |
43.9 |
477 |
56.1 |
850 |
0.000 |
|
¿Usted ha sido diagnosticado con EC previamente? |
3 |
0.4 |
847 |
99.6 |
850 |
0.000 |
|
Si usted ha sido diagnosticado con la EC, ¿Ha recibido tratamiento? |
1 |
33.3 |
2 |
66.7 |
3 |
0.000 |
|
¿Algún familiar ha sido diagnosticado con EC? |
9 |
1.1 |
841 |
98.9 |
850 |
0.000 |
|
¿Se ha realizado alguna prueba de detección de EC previamente? |
32 |
3.8 |
818 |
96.2 |
850 |
0.000 |
|
Si se realizó la prueba, ¿qué resultado obtuvo? |
reactivo |
no reactivo |
||||
|
4 |
12.5 |
28 |
87.5 |
32 |
0.000 |
|
|
¿En qué tipo de zona vivió durante su niñez y/o juventud? |
rural |
urbana |
||||
|
477 |
56.1 |
373 |
43.9 |
850 |
0.000 |
|
|
Tipo de materiales de la vivienda que habitó durante su niñez y/o juventud |
perdurables |
no perdurables |
||||
|
356 |
41.9 |
494 |
58.1 |
850 |
0.000 |
|
|
¿Ha vivido en otro país además de México? |
17 |
2 |
833 |
98 |
850 |
0.000 |
Tabla 2. Municipio de residencia de voluntarios seropositivos a T. cruzi.
|
Municipio |
Total (n) |
Negativos (n) |
Seropositivos (n) |
Prevalencia (%) |
IC 95 % |
|
Huejutla de Reyes |
666 |
658 |
8 |
1.22 |
0.6-2.4 |
|
Huautla |
63 |
63 |
0 |
0 |
|
|
Atlapexco |
56 |
56 |
0 |
0 |
|
|
San Felipe Orizatlán |
39 |
39 |
0 |
0 |
|
|
Otros* |
26 |
26 |
0 |
0 |
|
|
Total |
850 |
842 |
8 |
0.95 |
0.47-1.88 |
* Voluntarios en tránsito por los puestos de muestreo, residentes de los municipios de Jaltocán, Tlanchinol, Pachuca de Soto, Tianguistengo, Pisaflores y Yahualica del estado de Hidalgo y de los municipios de Chalma, Chicontepec, Chiconamel, Platón Sánchez, Tantoyuca y Tempoal, residentes del estado de Veracruz quienes solicitaron participar en el estudio.
Tabla 3. Sexo y edad de los participantes voluntarios y seropositividad a T. cruzi.
|
|
Total (n) |
% |
Negativos (n) |
% |
Seropositivos (n) |
% |
|
Sexo |
||||||
|
Hombre |
529 |
62.24 |
525 |
62.35 |
4 |
50 |
|
Mujer |
321 |
37.76 |
317 |
37.65 |
4 |
50 |
|
Edad |
||||||
|
≤ 29 |
325 |
38.24 |
324 |
38.48 |
1 |
12.5 |
|
30 – 49 |
255 |
30.00 |
254 |
30.17 |
1 |
12.5 |
|
≥ 50 |
270 |
31.76 |
264 |
31.35 |
6 |
75 |
Tabla 4. Variables asociadas con la seropositividad a T. cruzi.
|
Variable |
Frecuencia (%) |
X2 |
valor-p |
|
Haber sido picado por un triatomino |
24.6 |
6.3 |
0.012 |
|
Haber vivido en una casa con triatominos |
43.9 |
2.5 |
0.12 |
|
Desconocimiento de la EC antes de su participación en este estudio |
84.7 |
7.3 |
0.006 |
DISCUSIÓN
La discrepancia entre las prevalencias informadas por los reportes oficiales (14, 18) y las observadas por los investigadores independientes (12, 13, 16, 23), puede ser debido a los diferentes periodos de estudio, de las poblaciones analizadas, y los diversos antígenos y técnicas utilizados para el diagnóstico; lo que dificulta conocer con mayor precisión la situación de la EC en México (28, 29). Para conocer el grado de conocimiento sobre la EC, la seroprevalencia a T. cruzi e identificar posibles variables asociadas a la infección en la población residente del noreste del estado de Hidalgo, se aplicaron 850 cuestionarios epidemiológicos y se analizó el mismo número de muestras séricas, de habitantes de cuatro municipios de esta área geográfica (Figura). No obstante, y a pesar de que la región noroeste del estado de Hidalgo desde hace más de 30 años ha sido considerada como un zona endémica para la EC (18), evidenciamos que el 84.7% de la población desconoce su existencia. El 43.9% ha vivido en casas con presencia del vector y el 24.6% refiere haber sido picado por el triatomino.
Otro dato importante que debe considerarse es que, a pesar de habitar en una zona declarada como endémica, solo el 3.8% de la población analizada se ha realizado una prueba diagnóstica para esta enfermedad. Esto no es raro, si tomamos en cuenta que no hay campañas de tamizaje de la EC y la mayoría de personas son diagnosticadas como seropositivos a T. cruzi sólo cuando acuden a donar a los bancos de sangre. De las personas diagnosticadas seropositivas, el 66% no recibió tratamiento (Tabla 1). Esto podría tener dos causas: 1) desinterés por el desconocimiento de la enfermedad y el curso de la enfermedad en el estadio asintomático y 2) incumplimiento y/o dificultad para cubrir los requisitos administrativos para la obtención del tratamiento, esto es, solicitud de pruebas serológicas confirmatorias realizadas por los laboratorios estatales de salud pública (LESP) o en el Instituto Nacional de Referencia y Epidemiología (INDRE).
La seroprevalencia determinada en este estudio (0.95%) (Tabla 2) es menor a la reportada por Velasco-Castrejón et al en 1992 para el estado de Hidalgo (1.5%), pero mayor a la media nacional (0.2%) (18). Nuestro resultado difiere de las seroprevalencias reportadas por Becerril-Flores et al en 2007 en comunidades del oeste del estado de Hidalgo (3.2 a 5.1%) (20). Lo anterior muestra una aparente disminución de la seroprevalencia a T. cruzi en el noreste del estado de Hidalgo en los últimos treinta años (18) y un aumento de la seroprevalencia en comunidades del oeste del estado (20) confirmando la dinámica y la desatención de la EC en el estado de Hidalgo, México (diagnóstico incidental, registro, tratamiento y falta de integración de los grupos científicos a los programas de diseño de políticas públicas) (17, 30).
Otros factores que pudieron influir en la diferencia entre nuestras observaciones y las de otros investigadores son: el tiempo transcurrido entre cada análisis (Velasco-Castrejón et al 1992, Guzmán-Bracho et al 2001, Becerril et al 2007 y Shelly et al 2016) y el cambio en las condiciones sociodemográficas de los habitantes y la región (INEGI 2017).
En este estudio hubo mayor participación de voluntarios masculinos que femeninos; sin embargo, el número de voluntarios seropositivos fue el mismo en ambos sexos y el 75% de los voluntarios seropositivos fueron mayores de 50 años (Tabla 3). Nuestras determinaciones difieren de lo publicado por Becerril-Flores et al quienes reportaron mayor seroprevalencia a T. cruzi en voluntarios del sexo femenino y solo 37.5% en mayores de 50 años de edad, en comunidades del oeste del estado de Hidalgo (20).
Una posible explicación a este comportamiento pueden ser los sitios y horarios de muestreo; en este estudio, el muestreo se realizó en plazas públicas los fines de semana, lo cual en estudios previos no se especifica (12, 20). Nosotros hemos observado que cuando se muestrea en horarios laborables, el número de participantes masculinos disminuye.
También observamos diferencias entre nuestros resultados y los reportados por Velasco-Castrejón et al en 1992, en la que, el 74.5% de los participantes seropositivos eran menores de 39 años de edad (18) y por Guzmán-Bracho et al donde la seroprevalencia mayor se encontró en la población de entre 15 y 24 años de edad (12).
Si consideramos que han pasado más de 30 años desde el reporte de Velasco-Castrejón et al (18) y 23 años del de Guzmán-Bracho et al (12), los resultados obtenidos en este estudio evidencian que la transmisión de la EC continúa presente, como lo demuestran los casos de personas seropositivas de menos de 30 años de edad y que las medidas de control de la EC no se han aplicado o no están funcionando adecuadamente en el noreste del estado de Hidalgo.
A partir de datos oficiales de la DGE, Shelly et al (17) reportaron que entre los años de 1995 y 2013 el mayor número de casos de pacientes seropositivos a T. cruzi se encontraban en el intervalo de 25 a 44 años de edad, seguido del grupo comprendido entre 45 a 64 años de edad; estos rangos de edad se deben a que la mayoría de personas fueron diagnosticadas en bancos de sangre cuando se presentaron como posibles donadores. Es necesario remarcar que los datos publicados por Shelby et al son estimaciones de reportes oficiales que concentran los casos de todo el país, a diferencia de nuestro análisis realizado “in situ” y específico para una región en población aleatoria.
El análisis de diferentes variables (Tabla 4) evidencia que “Habitar casas con presencia de triatominos” se asocia con la seropositividad de los habitantes de las mismas, Lo anterior podría relacionarse con lo reportado en los estados de Puebla y Veracruz donde se encontró un aumento en el riesgo de seropositividad de hasta 5.3 veces, por el hecho de haber habitado casas con presencia de triatominos (31, 32).
También, el “Haber sido picado por el vector” presenta una fuerte asociación (X2 6.3, p=0.012), lo cual no es novedoso, si consideramos que en México se han descrito más de 30 especies de triatominos, todas naturalmente infectadas hasta en un 70% (13, 21, 33).
En el municipio de Huejutla de Reyes se ha reportado la presencia de T. dimidiata como una de las especies trasmisoras más abundantes, pero con índices de infección humana bajos debido a sus hábitos peridomiciliares, ya que su principal fuente de alimentación pudieran ser reservorios como, perros, aves, rumiantes, cabras u ovejas y no el humano (24).
Particularmente en los municipios muestreados, se ha documentado la presencia de T. dimidiata, T. mexicana y T. gerstaeckeri, colectadas en áreas domésticas y peridomésticas con índices de colonización de hasta 50%, pero con índices de infección del 12.1 % (24, 34), lo que también podría explicar la baja seroprevalencia reportada en este informe.
Llama la atención que la asociación que existe entre las variables “Haber habitado una casa con triatominos” sea mayor que la encontrada en la variable de “Haber sido picado por el vector”, este hecho podría explicarse por la inespecificidad de la lesión y la falta de vinculación por la persona picada por el triatomino (5).
Por último, identificamos una fuerte asociación entre el desconocimiento de la EC y la seropositividad (X2 7.3, p= 0.006), este comportamiento, previamente se ha observado en la región de Cárdenas, Tabasco, México (35), lo que indica que debe prestársele mayor atención a la difusión del conocimiento sobre la EC para combatirla efectivamente. Aunque la seroprevalencia determinada en la región de la Huasteca Hidalguense es baja, es conveniente considerar que la existencia en la zona de diferentes especies de Triatominos infectados con T. cruzi (24, 34), así como la edad de algunos pacientes seropositivos, las asociaciones identificadas, las condiciones climáticas (14), la existencia de diferentes reservorios domésticos y silvestres en el área y la cercanía geográfica con regiones con altas seroprevalencias a T. cruzi (20), podría llevar a un aumento en el número de casos de infección, por lo que es importante atender la situación de la EC en la región noreste del estado de Hidalgo y en todo el país y sacarla de la lista de las enfermedades olvidadas o desatendidas (2).
Por otra parte, quedan interrogantes sobre las características de las cepas de T. cruzi (virulencia), el papel de los vectores y reservorios presentes en esta región.
CONCLUSIONES
Observamos una disminución de la seroprevalencia a T. cruzi en el noreste del estado de Hidalgo (Huasteca Hidalguense) comparada con lo reportado por Velasco-Castrejón et al en 1992 (18). Es necesario informar a la población sobre la existencia de la enfermedad en la región y las consecuencias de padecer la EC. La identificación de seropositivos y la existencia de asociaciones a la infección por T. cruzi muestran que, en el noreste del estado de Hidalgo, la EC, aunque ha disminuido, continúa presente.
Limitantes
Debido a la falta de información actual sobre la EC en la región analizada en este estudio, algunas de nuestras observaciones surgen de la comparación con el único análisis de seroprevalencia nacional realizado por Velasco-Castrejón et al quienes identificaron desde 1992 a la Huasteca Hidalguense como una zona endémica con alta prevalencia para la EC (18) y con el reporte de 2007 de Becerril-Flores et al
Agradecimientos
Agradecemos a todas las personas que nos brindaron su apoyo en las diferentes localidades y municipios donde se realizó la toma de muestras.
Conflicto de intereses
Los autores no manifiestan ningún conflicto de intereses.
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